jueves, 11 de septiembre de 2008

Me aFANO contigo

El día de ayer el equipo peruano fue una vez más para llorar, pero esta vez de alegría. Johan Fano desató la euforia de esas 45 mil almas que pagaron su entrada para poder ver a esa selección que queríamos, esa que deja todo en la cancha, la que se juega la vida por cada pelota, la que no se achica frente a los rivales de mayor nivel, la que verdaderamente nos hace sentir orgullosos de ser peruanos.

Horas antes de empezado el encuentro, el público ya había arribado al estadio monumental. Como nunca, se vio un publico deseoso de victoria y con muchas ganas de alentar a esa selección que muchas veces los desilusionó, pero esta vez iba a ser diferente. Desde el inicio, nuestra selección fue hacia el frente, a atacar al rival sin ningún temor y defendiendo bien, sin dejar jugar a Riquelme ni Messi; sin embargo, el primer tiempo termino igualado a 0, con pocas ocasiones de gol, pero con muchas ganas de jugar al balón. En el segundo parcial los dos equipos salieron a proponer, y para deleite del público el partido se volvió de ida y vuelta con llegadas al arco de las dos selecciones. Cuando parecía que el gol llegaba un baldazo de agua fría nos hizo volver a nuestra realidad; Fernando Gago desde la derecha mete un centro para que Esteban Cambiasso simplemente la toque y llegue el gol argentino. Parecía que ya todo estaba perdido, que nuevamente tendríamos que utilizar esa frase que dice: "jugamos como nunca, perdimos como siempre", pero no, Perú no se quedó y salió a buscar empate, y lo consiguió en tiempo de descuento. Juan Manuel Vargas corre con el corazón en la mano y mete un centro con lo último que le quedaba de energía, para que Johan Fano conecte el balón y así conseguir el gol soñado para un delantero.

Johan Fano gritando el gol de su vida


Fue un empate, lo sabemos, pero la forma en como se empata ese partido es emocionante, permite soñar, porque es verdad, no le hemos ganado a nadie, pero con un equipo así le podemos dar la lucha a cualquiera. Sabemos que llegar al mundial es casi un imposible, y lo único que le pedimos a los jugadores es que dejen todo en la cancha, como lo hicieron ayer. Tal vez ahora no tenemos "nombres" en nuestra selección, pero los hombres ahí están, y probablemente eso es más importante, tener guerreros en la cancha.

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