Clásico es ganarte

Se habló muchísimo durante la semana, empezó el circo de siempre con los dimes y diretes entre los protagonistas de este tan ansiado clásico, en el cuál esta vez los compadres llegaban en una similar posición. Los dos venían con derrotas en la fecha pasada y necesitaban este triunfo para no desentonar en el campeonato descentralizado. Llegó el domingo esperado y desde tempranas horas la gente crema se junto en el Estadio Nacional, mientras que los íntimos rondaban por La Victoria. Se preveía un lleno total en el estadio y así fue. El color de las camisetas cremas y blanquiazules hicieron que el espectáculo empiece antes de iniciado el encuentro. Las barras siempre presentes crearon un ambiente que mejor no pudo ser y así comenzaba el clásico de los clásicos.

Trabado, intenso, más ganas que fútbol diría yo, salieron los equipos a dejar alma, corazón y vida dentro del campo, fue uno de esos partidos donde el que mete gol gana, y muchas veces se resuelve de pelota parada, como esta vez. Nolberto Solano es el amo y señor de las pelotas paradas, así en un tiro libre centra para que Galliquio meta la cabeza y llegue el primero de los cremas y el último del partido. Alianza tuvo más tiempo la posesión del balón, hasta las mejores ocasiones de gol, pero los clásicos y las finales no se juegan, se ganan; y esta vez el ganador fue Universitario.

Un clásico más pasó, clásicos más están por venir. Esta vez los cremas festejan, dejaron en claro que en Matute se sienten locales y que por algo lo llaman Yompián. Festeja el pueblo crema que queda como único escolta del Aurich que es puntero en la tabla de colocaciones, pero a pesar de ir 2do se sienten más arriba que nunca, ya que ganaron el clásico, un clásico que valía mucho.